A día de hoy podemos encontrar helados de todo tipo de sabores, incluso los más extraños como queso o spagueti boloñesa. Sin embargo, nunca veremos un helado de uva, y la razón tiene una explicación científica. A continuación desvelamos el secreto. ¡Sigue leyendo!
¿El secreto? La antocianina
Todo comenzó a finales del Siglo XIX cuando Robert Green prometió a todos sus fans que muy pronto inventaría un helado de uva para la Feria Mundial que se celebraba en el año 1876.
Sin embargo, Green no tuvo en cuenta que las uvas contienen una sustancia llamada antocianina. Es una molécula que evita el congelamiento. Por lo tanto, fracasó estrepitosamente.
Otros fabricantes han intentado hacer un helado de uva a lo largo de la historia, pero hasta el momento nadie lo ha conseguido.
Fue en el año 1976 cuando Ben, de Ben & Jerry quiso intentarlo. Lo hizo motivado por Becky, hermana de Jerry y de quien estaba completamente enamorado. En una entrevista concedida a la revista People en el año 1984 Ben admitió que quiso sorprender a Becky creando un sabor de helado único para ella.
Así, Ben se puso manos a la obra y llevó a cabo varios intentos, incluyendo la piel de las uvas y el jugo por separado. A pesar de que no tenía ningún tipo de conocimiento científico, Ben descubrió por primera vez en la historia que si incluía la piel el nivel de concentración de antocianina aumentaba lo suficiente para que el producto se congelase. ¡Conseguido!
Consiguió impresionar a su enamorada, quien decidió darle a probar el helado a su perro. A este le gustó en un principio, pero luego murió. ¿Por qué? Estos animales son alérgicos a la antocianina.
Fue Ben el encargado de darle esta información a la industria farmacéutica, la cual se encargó de prohibir el helado de uva, tanto artificial como natural.
