Fabián Mendoza estrenó recientemente su video clip “No Tiene Rival“, es de Texas, Estados Unidos y llegará en septiembre a la Argentina para acompañar a Pepe López Band en toda su gira. En una entrevista exclusiva con TDMPRODUCCIONES contó sobre sus comienzos y sus proyectos.
Fabián creció en una pequeña comunidad en las montañas de Álamos, Sonora, México, donde normalmente “se cría ganado, muchas vacas”, y se escucha música regional, norteña, y prácticamente “nada de rock”.
Pero a sus ocho años conoció a Dios y siguió escuchando ritmos norteños, pero con letras cristianas. La vida le dio otro giro a los catorce años, cuando “por primera vez escuché rock cristiano, el tema “Nunca te diré adiós” de Guardian. Ahí descubrí no solo la profundidad de su letra, sino una perla que era el estilo. Me cambió la perspectiva de la música y me llevó a un feeling con la guitarra, teniendo en cuenta que ni yo ni nadie de mi familia hacíamos música”.
A los quince se fue a la preparatoria, a una hora de viaje de su pueblo, donde conoció a un misionero que le mostró una guitarra llevada desde Estados Unidos. “Si la quieres, gánatela con un trabajo que tengo para ofrecerte”, le dijo. Fabián en dos días terminó la tarea y consiguió así su primer instrumento “sin saber ni una nota”.
Pero pronto aprendió “do, re, las primeras notas mayores y con eso cada noche empecé a “rascarle y buscarle”, porque no tenía un maestro que me enseñe. Cantaba “covers” de adoradores conocidos, pero un día oró a Dios “que como ellos escribieron para ti, yo también quiero hacerlo, sacar de mi corazón todo lo que tengo”.
Al año escribió su segunda canción llamada “Al mirar las estrellas”, la cual aún no está grabada. Pero antes, a los diez años había escrito una “donde solo cambié la letras de un tema existente en el mundo, así que será un plagio”.
El primer músico que conoció en su niñez fue uno llamado Elpidio Montoya, que tocaba el bajo sexto. “Me dijo que cante mi tema con micrófono y él me iba a acompañar. Era ese “plagio” con ritmo norteño, que lo canté en un culto, pero después decidí olvidarla porque no me pareció genuina”.
Con la guitarra “empecé a componer música y a orar cantando”, pero al terminar la preparatoria, tomó la decisión de no estudiar por dos años. “Quería viajar y servir a Dios”, remarcó. Luego volvió a su pueblo donde llegó a ser el pastor de la iglesia de su pueblo con solo 18 años de edad.
“Allí la mayoría eran ancianos y yo era el único joven cristiano”, recuerda. “Pero mi padre se había alejado de Cristo por un malentendido en la iglesia. Mientras pastoreaba él se acercaba y se burlaba de mi ya que casi no iban feligreses. Me decía que no pierda el tiempo, pero yo le recordaba la obra que Dios había hecho en su vida”.
En el 2009, con un amigo de Oregon planificaron hacer un viaje misionero por toda América, con el objetivo de llegar hasta Argentina entregando Biblias en los lugares más recónditos del continente. Pero solo llegaron hasta Costa Rica “porque mi amigo se casó”, aunque esos seis meses “cambiaron mi vida totalmente”.
Pero antes le pidió a Dios que su padre “aunque sea me de un abrazo de despedida, como confirmación de que no era solo una aventura, sino un plan del Señor. No quería irme mal, y encima, que al volver él se burlara de mi. Nadie de mi pueblo se había embarcado en algo así, nadie se animaba a romper el molde”.
Al regresar “me encontré que mi papá había cambiado. Estaba sirviendo a Dios y me pidió perdón por todas las burlas, por haberme avergonzado”, agregó.
Más adelante se trasladó a la ciudad donde formó su primera banda llamada “Última Señal”, con quienes meses atrás grabó un video “solo con dos integrantes, ya que uno falleció de cáncer y otro lo mataron en un secuestro”.
Esa estadía en la ciudad de Obregón fue “muy dura, estudiaba en la Universidad, trabajaba y a veces no tenía ni para comer. Pintaba y dedicaba mi arte al Señor, buscaba la forma de relacionarlo con la música, pero no podía ni pagarme una grabación”.
Pero se suscitó un conflicto en la banda, ya que mientras sus músico preferían hacer “covers” de temas conocidos, Fabián prefería empezar con proyectos propios, algo que no fue bien recibido. “Ahí decidí seguir solo con mi guitarra acústica, viajando por México y visitando iglesias”.
Paralelamente intensificó el trabajo de entregar Biblias a pueblos perdidos. “Encontré un mapa de mi municipio y con dolor vi que la comunidad donde me había criado era la única que tenía una iglesia cristiana, en medio de las montañas. Incluso familias enteras se dedicaban a sembrar marihuana, lo que generaba mucha muerte”.
“En la universidad aprendí muchas cosas. Pero me encontré con jóvenes que se centraban en sus estudios y tenían a Cristo como algo histórico, no como alguien para tener una relación personal”, continuó. En las vacaciones durante dos semanas recorrió las montañas entregando Biblias, sin dinero, “solo por fe, para depender solo de Dios”.
“Es algo increíble ver por primera vez la expresión de una persona cuando escucha porqué Cristo murió por él en el Calvario”, enfatizó. “Recorrí hasta ahora unas cien comunidades con miles de historias, pero allí descubrí que todas las personas aman la música. La música, con un buen mensaje, cultiva el corazón”.
Tiempo después conoció a quien sería su esposa. “Con ella tuvimos una gira en México, brindando seminarios a personas que no podían pagarlo. Una semana intensa de estudios, y eso lo hicimos durante tres años. Su padre era el pastor y promotor del proyecto, y junto a su equipo iba con mi guitarra a cada encuentro”.
En 2015 se casaron y luego tuvieron un bebé, pero viajaron a Estados Unidos, a Luisiana. Intentó varias veces grabar, pero cada intento “era una frustración y quería quemar mis guitarras, pero mi esposa me alentaba a seguir”.
Juntos empezamos a invertir para comprar de a poco los elementos para tener un “home studio” y a armar las primeras maquetas. Pero fue estafado por un productor de México y solo le quedaron las baterías de su proyecto.
Ahí conoció a Pepe López en uno de sus conciertos. “Lo invité a comer y nos hicimos amigos”. Le contó sobre el productor anterior, y Pepe le dijo “para ahora ese proyecto, no va a avanzar”. Ahí se separó del empresario mexicano, pero “Pepe asumió producir mi trabajo.. es un diamante”.
Con solo los archivos de batería, Pepe López empezó a construir en casi dos meses el proyecto truncado. Salió el primer video “Cuenta Darás”, luego vino “Lama Sabachthani”, y finalmente llegó “No tiene Rival”.
Sobre el último, cuando el 6 de septiembre de 2015 entró por primera vez a Estados Unidos un amigo lo llevó a conocer un museo de aviones, donde aún cuando no había grabado ni un tema, soñó con hacer algún día un video allí.
Años más tarde, usó el lugar como locación para “No tiene Rival”, “donde nos dejaron grabar gratis y se ajusta a la temática de la canción”. Incluso el uso del shofar en homenaje a un video casero del mismo tema donde con un amigo tocaron el mismo instrumento, “y allí sentimos la presencia de Dios”.
La gira en Argentina
“Me da un poco de miedo ir a Argentina porque me siento muy pequeño, que no estoy listo para este gran paso”, admitió. “Admiro mucho la calidad musical de este país, y a sus músicos, como Boanerges, Pablo Olivares, Rescate. Espero aprender mucho estando allí”.
“Creo que es una oportunidad para ver si doy el ancho o no”, subrayó. “Si Dios me quiere haciendo eso para el resto de mi vida. En Argentina Dios me enseñará si hay oportunidad de dedicarme a la música”.
De esta manera abrirá todos los conciertos de Pepe López, acompañado por Mashly Sanz, desde el 13 al 29 de septiembre. “Esperamos con ansiedad poder estar con nuestros amigos en Argentina”, concluyó.