
La mente, el aparato psíquico y el mundo interno de las personas reaccionaron a la llegada de esta pandemia con mucha aflicción porque se trata realmente de una situación angustiante, por ende reaccionamos con miedo y preocupación.
Yo creo que gran parte de la sociedad estamos tratando de adaptarnos a esta nueva realidad con la esperanza de que acabe pronto la pandemia.
Los seres humanos han marcado la diferencia durante la historia mundial sobre lo económico, social y cultural, pero el COVID-19 nos recuerda o nos ha hecho pensar en algún momento, que todos podemos enfermarnos y que todos estamos interconectados y nos necesitamos unos a otros.
Y la palabra de Dios nos recuerda que él nos da la fortaleza que necesitamos en Isaias 35:4 ¨digan a los de corazón temeroso:"
«Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos».
C.J.M